De pequeña soñaba con ser una princesa; la mejor princesa, la que tuviese el castillo mas grande, los vestidos mas bonitos, y el mejor príncipe azul de todo el planeta tierra. Pensaba que el mundo era un cuento de hadas, una felicidad exclusiva. Creía que año tras año, iba a vivir en un lugar en el que un deseo era una realidad directa, en el que todas y cada una de las personas que me rodearían, tendrían sonrisas permanentes, y corazones inmensos. Efectivamente, ser niño equivale a ser inocentemente inocente. Hoy me conformo con ser yo, con tener a mi lado a una persona que me haga sentir especial aunque solo sea durante 5 segundos y alguien que me escuche cuando necesite respirar tranquila. Adiós a todas esas fantasías de príncipes que me querrían como a nadie,y que darían la vida por mi; porque a tiempos de hoy, no puedo necesitar que alguien saque una espada en mi defensa para sonreír, no puedo soñar que todos son buenos, que todos me quieren, no puedo creer que todo lo que quiero se cumple sin mas. Aquí, en mi mundo, pase lo que pase sonreír es obligatorio, tengo que saber que algunos querrán verme feliz, mientras que otros preferirán verme sufrir, que si quiero puedo, pero las cosas no vienen solas, así que mas de una vez tengo que ir a buscarlas.
Sería bonito que todos pudiéramos vivir en un mundo de cuento de hadas, pero si así fuese, el mundo no seria mundo, y yo no sabría salir a delante

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