Creo que lo que me encanta de sentarme en la arena y ver al sol esconderse por entre el agua salada es que esa clase de paisaje nos permite pensar en cosas que nos gustaria pensar, sin hacernos sentir vulnerables ni culpables. Cosas que normalmente evitariamos pensar. Asi que hace unos dias arme mi maleta y parti muy de mañana a la playa. Fue inesperado, irresponsable y loco. Pero a decir verdad fue uno de mis mejores viajes. Consegui lo que queria; alejarme de todo y todos. Y en el ultimo dia decidi solo disfrutar de poder estar ahi sola, y en paz. Mientras miraba como de a poco se destruian las olas, me permiti ignorar a la razon y buscarte en mi pasado. Recuerdo todas las cosas que hicimos juntos y todas las que no logramos hacer. Fue solo entonces cuando recorde el tiempo que pasamos planeando nuestro escape a esa playa, la misma en la que yo estaba.
Planeamos todo lo que queriamos hacer alli, pero a la final ambos sabiamos que solo dejariamos que nuestros corazones nos guien y probablemente pasariamos mas tiempo haciendo el amor que explorando. A veces sueño que leeras esto y sabras de inmediato que me refiero a ti, que dejaremos todo a un lado y cumpliremos todas nuestras promesas, y que el amor volvera a ser nuestro aliado. Luego me doy cuenta de que eso es casi imposible, y que incluso si eso sucediera no tengo el derecho para pedirte que me vuelvas a aceptar en tu mente o en tu corazon.
Falle en encontrar las cosas mas pequeñas y simples que tu alma me pedia, y aunque realmente queria dartelas, mi miedo me impidio de hacerlo. Por lo menos el ultimo viaje que planeamos juntos me gustaria regalartelo, para hacerte sentir todo el amor que una vez tu me hiciste sentir a mi. Para que entiendas que significabas el mundo para mi, y que aunque en el pasado no supe hacertelo notar, ahora he cambiado gracias a ti. Tu me inspiraste y me converti en lo que soy, y si tuviera tan solo una posibilidad mas de hacerte feliz, no me atreveria a dejarla ir.
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